El tiempo pasa bastante rápido en la vida de Cemil y de Iffet. Ya hace un lustro que la pareja contrajo nupcias y cuatro desde que la pareja perdió en aquel fatal accidente de tráfico a su pequeña hija Elif. Desde entonces, el matrimonio ha intentado resumir de sus cenizas, pasar página y ver la vida con ilusión, sin embargo, no todo es tan sencillo como parece.
Aunque Iffet lo ha intentado, el recuerdo de su hija muerta sigue martirizándola y evita hablar de su dolor con Cemil para no hacerle sentir culpable. Pero, todos sus esfuerzos resultan en vano y la mujer pasa las noches en vela llorando a escondidas, lamentándose por su mala fortuna y rezando para que su pequeña, allá donde esté, encuentre la paz que tanto le falta a ella. Su hermana Nimet, por su parte, ha tenido más suerte y tras cinco años de duro esfuerzo, ha conseguido terminar la carrera de medicina. Ahora trabaja como residente en un hospital de Estambul y no puede sentirse más dichosa de todo lo que ha logrado hasta el momento.
Mehmet se niega a hacerse la circuncisión
Por otro lado, el pequeño Mehmet está está a punto de celebrar la fiesta de su circuncisión. Pero, desde que su padrastro Erhan, le dijo que la operación dolería un poco, el niño no quiere ir al médico, no piensa dejar que le hagan ningún daño y, asustado, se escapa de casa en un descuido de Bëtul. Mehmet se refugia en una vieja casa abandonada que más pronto que tarde, recibirá a sus nuevos inquilinos: Çiçek, una dulce niña, y su padre.
Cemil e Iffet se unen a las batidas de búsqueda, que tratan de dar con Mehmet revisando cada palmo del vecindario. El matrimonio recorre las calles con su coche, a toda prisa. De repente, una pequeña se interpone en su camino y se ven obligados a dar un volantazo para no atropellarla. Es Çiçek. La pequeña rompe a llorar e Iffet le calma. No puede evitar recordar a su hija fallecida.
Segundos más tarde, el padre de la pequeña aparece en el lugar de los hechos y lo hace con Mehmet en brazos. EL nuevo vecino le ha descubierto intentando esconderse detrás de una puerta. Tras el incidente, Mehmet da su brazo a torcer y de mala gana, celebra su esperada fiesta
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