El periodista Oya Dogan ya ha conseguido ver la serie Love 101 en Netflix (es un privilegio de la prensa que Netflix abra el acceso a los programas antes que el resto de la audiencia) y ha declarado con plena confianza que no hay ni un solo indicio de la orientación no tradicional de los personajes de la serie.
Sin embargo, ella no está categóricamente contenta con la posición de RTUK en este tema, creyendo que el censor del estado está comprometido en una discriminación total. No tienen derecho a dictar a los productores qué personajes estarán en los programas que el público no verá en la televisión gratuita, sino en una plataforma de pago. La periodista recordó que esta fue su elección, pagó el dinero y pulsó el botón de “ver” y RTUK no podía dictar a la gente lo que podía ver y lo que no.
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